miércoles, 9 de septiembre de 2015

Mi casa en París

Cuestión de herencia

Por Miguel Ángel Gomis


Imagínate por un momento, que eres un neoyorquino sexagenario que arrastras tres divorcios y un alcoholismo que podría curar heridas de guerra. Pero por un golpe de suerte muere el padre que has querido tener pero que nunca has visto; y heredas unos libros, un reloj de oro y una casa en pleno centro de la ciudad del amor, París. Pero cuando pensabas que el dinero de la venta del piso heredado va a solucionar todos tus problemas, te encuentras que en esa casa vive una señora y su hija, y que no puedes hacer nada hasta que la auténtica dueña muera.

Basada en la obra de teatro "My old lady" estrenada con gran éxito en 2002, Israel Horovitz autor tanto de la obra como de la película, nos muestra un melodrama que desgarra las miserias del hombre como receptor de los devenires de los que nos rodean. 
Nos complace con una historia que empieza sutilmente y sin más preámbulos pero que en conforme se adentra en las vidas del heredero Mathias, interpretado por un fantástico Kevin Kline, y la ácida Matilde por la actriz buque insignia de Inglaterra Maggie Smith, crea una obra muy sencilla en forma pero compleja en contenido pues palpa temas como la familia, los traumas, el amor, las adicciones, el negocio inmobiliario... y la herencia, pero no sólo hablamos de una herencia material sino la más relevante, la sentimental.

El dolor silencioso, el dolor latente e incrustado en la nuca, es el tono que baña todas las lecciones que Mathias y que por caprichos de un destino atado a la condición de Chloè llevada de grata forma por la actriz Kristin Scott Thomas, profundiza en el pasado de los devenires familiares para mostrar un presente invadido por la melancolía y el olor a tiempo estancado.

Este es el melodrama que el autor estadounidense Israel Horovitz, construye bajo la mirada de unos actores que muestra todo el potencial, toda la libertad para reflejar unos personajes donde la profundidad que supone la infancia y el pasado es el Alter Ego de los hombres y mujeres "maduros" del ahora. Quiero acabar con un frase que se repite durante todo el film y espero que invite a ver Mi casa en Paris (2015) pues supone una merienda como la alta cocina, no sabes bien al principio que comes pero al final deja un gusto que crece con el tiempo en el paladar.


Samuel Becket:

"Si tu no me amas nadie me amará"


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