El orgullo de la nación 2: fascismo y demagogia
Por Pablo J. García
No, Fredrick Zolla no protagoniza está película. En su lugar tenemos a Bradley Cooper y a Cint Eastwood tras las cámaras en una peli que también habría complacido mucho a Goebbels.
Clint Eastwood se hizo famoso como actor por hacer papeles de tipo duro. Sin embargo, en su carrera como director, no tardó en labrarse otro tipo de imagen. Desde Primavera en otoño (1973), y cada vez más con el paso de los años, ha dedicado algunas películas a defender, y de forma brillante, valores como la igualdad, el perdón, el amor, la empatía o el pacifismo. Esta aparente contradicción anda en la línea de su filiación política, y es que aunque es archiconocido su apoyo al Partido Republicano (decreciente con el paso de los años pero permanente hoy en día), también defiende el control de las armas, el matrimonio homosexual o el derecho al aborto, y ha critica guerras como la de Corea o Irak. Sin embargo, el director que nos aleccionó elegante y humildemente con Cartas desde Iwo Jima (2006) o Gran Torino (2008), se ha olvidado por completo de la empatía y el pacifismo para dirigir un homenaje a Chris Kyle, soldado estadounidense que asesinó a un mínimo de 160 personas en la guera de Irak y que se ganó recibió el apodo de "Leyenda".
American Sniper (importante conocer el título original, pues resume muy bien el largometraje) tiene escenas de acción bien rodadas, algún plano destacable y trata con decencia el tema de los horrores a los que se tiene que enfrentar un soldado a su vuelta a casa, ese combate que sigue continuando. Aquí acaba lo único bueno de una película que incluso supera a Cuando éramos soldados (2002) en desfachatez.
Por mucho que visiones la película desde una óptica antibelicista, lo cierto es que es una cinta que, aunque sea indirectamente, defiende la guerra de Irak, sirviéndose de la demagogia y el populismo como armas. Todo comienza cuando Chris Kyle, que parece un ingenuo, alguien que no es mal tipo, decide apuntarse a la guerra de Irak para "defender su país". Sin embargo, este enfermo disfrazado en la civilización es sólo una persona que busca una excusa para matar. De pequeño cazador de animales, de mayor no dudará en aprovechar la oportunidad para cazar humanos. En el transcurso del metraje se nos intenta convencer de lo bueno y justo que es Kyle vanagloriando constantemente un sentimiento: el cuidar de los amigos, de tus compañeros, incluso de los compatriotas que no conoces. Con esta excusa se intenta legitimar el comportamiento de Kyle, y por ende de todos los soldados americanos, incluso a la hora de justificar asesinatos. Pero la verdad es que este sentimiento es una de las principales características del fascismo, y no puede tener cabida en otra ideología.
Estos defectos, sin embargo, son de corte político, por lo que puede haber gente a la que le haya gustado esta cinta bien ejecutada que por algo se ha convertido en un éxito de taquilla en Estados Unidos. No obstante, objetivamente no estamos ante un buen filme. El guión tiene más problemas que un homosexual en Texas. Haciendo de la elipsis su arma principal, el ritmo es a veces tan elevado que aparecen personajes sin sentido y muchos acontecimientos se suceden rápido y sin explicación. Los personajes no son buenos ni están bien presentados (¿para qué decir que el antagonista es Sirio si no descubres más de su historia?). Además entra en tópicos tan manidos y sensacionalistas que el visionado termina resultando simplemente asqueroso. Se presenta a los "buenos" como portadores de la igualdad y la justicia y a los "malos" como demonios descendientes del averno. La dicotomización y la falta de empatía son tales que, más allá de alguna escena banal y poco efectiva, no se muestra el dolor de unas personas normales y corrientes que están sufriendo una guerra en la puerta de su casa . Es como si todos los irakíes viniesen de Mordor. Una película bélica digna debe ser antibélica, porque debe comprender la guerra y hablar de ella, de sus sentimientos, de sus consecuencias, y debe hacerlo con franqueza e inteligencia. El francotirador hace todo lo contrario. Olvídate de lo que viste en La delgada linea roja (1998), Platoon (1986) o Senderos de Gloria (1957).
El francotirador es un espectáculo barato, un ejercicio de demagogia, una película bélica miserable solo apta para militaristas, conservadores, cazadores y fascistas. Si eres de los que piensa que lo mejor que puedes hacer con una escopeta de perdigones es disparar a un animal, esta es tu película; si usas la cabeza para algo más que darle forma a tu cuerpo, entonces mejor que aproveches tu valioso tiempo con otra cosa. Puedes probar a darte cabezazos contra la pared, o aun mejor, si quieres ver una película bélica, reciente y competente, no lo dudes: Corazones de acero (2014). Incluso puedes probar con El único Superviviente (2013), cinta paralela a El francotirador que tiene todo de lo que ésta carece.
Debates confusos
Por Alba Varón
Un
francotirador tiene la obligación de matar para salvar a los suyos,
sea quien sea al que apunte por su diminuta mirilla. Es el dios de la
escena, el amo y señor de la caza. Me quedo sin palabras ante la terrible recepción de la última película de Clint Eastwood El
francotirador (American Sniper,
2014). Un patriota americano que después de alistarse en los SEAL
(bajo un entrenamiento agresivo y destructivo) marcha a Irak para
matar a los enemigos de EEUU.
El
francotirador (2014)
es de las mejores películas actuales de Clint Eastwood, que después de sus obras amenospreciadas Más allá de la vida (2010),
J. Edgard (2011) o la desapercibida Jersey Boys (2014) y de haber llegado a sus cotas
más altas en Sin perdón
(1992), Un mundo perfecto (1993) o la
genialidad de Millon Dollar Baby
(2004), está siendo injustamente tachado de “fascista” por
mostrar sin tapujos el punto de vista de un patriota americano en la
guerra de Irak.
En
El francotirador (2014)
Eastwood nos muestra
con maestría las firmemente asentadas convicciones morales de su
protagonista principal Chris Kyle, el cual para nada es el héroe que
muchos se han forzado a ver. Si el concepto de héroe norteamericano que tenemos en mente es el un hombre profundamente desequilibrado que mata a mujeres y niños, con la idea de defender su patria pululando por su mente, que se cree,
sin pararse a reflexionar un momento, un perro pastor con el claro
deber de defender a los suyos (aunque nunca esté con ellos en los
momentos más importantes, que emborracha a su mujer para llevársela
a la cama el primer día que la conoce y que termina excluido de la
sociedad que lo ha utilizado como objeto para conseguir la
victoria... Si ese es el concepto de héroe que manejamos, debemos
revisar más a menudo el diccionario.
En El
francotirador
lo que realmente se dice es que Chris Kyle era un héroe porque los
que le rodeaban decían de él que lo era.
Algunos
críticos estadounidenses como Noah Gittell («The Atlantic») indican que
“la película levanta controversia porque revela la cultura de las
armas en EEUU y refleja nuestras profundas divisiones sociales
al respecto”. El protagonista tiene una obsesión desde casi su
nacimiento por las armas. Las convicciones por las que lucha y mata
son tres: Dios, patria y familia. Desde bien pequeño, su padre lo ha
educado en la violencia, en la dominación del débil a manos del más fuerte.
Si prestamos un poco más de atención a lo que se nos presenta veremos a uno de los personajes de
película bélica más vacío y solitario de los últimos años,
mucho más que el humano sargento William James (Jeremy Renner) de la
ganadora del Oscar En tierra hostil (2008).
Clint Eastwood no rueda las escenas que Chris Kyle no quiere
recordar, tampoco reflexiona sobre la vida de Kyle porque él tampoco
desea reflexionar sobre ella. La Biblia, los recuerdos de niñez, sus
convicciones y su habilidad para apuntar con un arma es lo único que
tiene este héroe vacío para seguir viviendo. No hay que olvidar
cómo se vuelve Bradley Cooper a la hora de retratar la escalofriante
parsimonia con la que Chris Kyle mata. Durante el transcurso de la
película nos topamos ante algunas de las escenas más terroríficas
y escalofriantes del cine bélico que hemos tenido la oportunidad de ver en mucho tiempo.
Aunque
todas estas escenas siempre se narran desde el
punto de vista subjetivo del personaje, esto no quita que también se
ruede la violencia de los estadounidenses a la hora de irrumpir en
las casas de los irakíes en busca de datos para hallar a los
enemigos más fuertes no es para nada una forma de ensalzar a los
soldados. Ambos bandos están en guerra y por lo tanto ni uno ni otro
reflexionarán a la hora de escoger a una familia como fuente de
datos para sus fines, independientemente de las consecuencias.
Si
bien el director respeta en todas las escenas la ideología del
francotirador (que puede llegar incluso a compartir) quedó bien
claro en el magnífico díptico Banderas
de nuestros padres (2006)
y Cartas
desde Iwo Jima
(2006) que el
director no estaba a favor de la guerra, manifestando su aversión y
sus consecuencias desastrosas. Debemos remitirnos a las palabras de
Eastwood: “es
la declaración más fuerte contra la guerra porque
exhibe las consecuencias que tiene para un
soldado y su familia [en cuanto al] trastorno postraumático que conlleva”.
La
conciencia americana se tambalea ante películas como El
francotirador. Interpretaciones que se
presentan fáciles para aquellos que no se adentran en su verdadero
dilema. La película es todo un juego de espejos contradictorios para los que se
detengan a analizar algo que va más allá de su apariencia.
Las
grandes películas generan debate: ¿Quedará Chris Kyle en nuestra
memoria como un héroe o como un patriota sin escrúpulos?
Estados Unidos, 2014. T.O.: American Sniper. Director: Clint Eastwood. Guión: Jason Hall (Autobiografía: Chris Kyle). Fotografía: Tom Stern. Reparto: Bradley Cooper, Sienna Miller, Luke Grimes, Jake McDorman, Kyle Gallner, Keir O'Donnell, Eric Close, Sam Jaeger, Owain Yeoman, Brian Hallisay, Marnette Patterson, Cory Hardrict, Joel Lambert, Eric Ladin, Madeleine McGraw. Productora: Warner Bros. / Village Roadshow / 22 & Indiana Pictures / Malpaso Productions / Mad Chance Productions Duración: 132 minutos. Género: Bélico. Drama. Biográfico. Ejército. Guerra de Iraq.